Mucho se ha discutido de cómo surge una fantasía sexual. Especialistas afirman que son parte de ideas sociales adquiridas. Por su lado el sexólogo y filósofo existencialista James Park afirma en su libro Imprinted Sexual Fantasies: A New Key for Sexology (2008) que “ciertas ideas, imágenes, y todo objeto de deseo que se traduce en fantasía de sexo se imprimen en nuestra mente en algún momento de la infancia. La impresión es rápida y permanente, en contraste con el aprendizaje, que requiere la repetición constante y el refuerzo”. Sin embargo, es debatido por investigadores del Kinsey Institute quienes tras un estudio concluyeron que muchos adquieren una fantasía cuando su pareja o un tercero –entre ellos los medios- se las ‘vende’ al proponérselas como una posibilidad de satisfacción. El caso es que fantasear es sano y una gran herramienta de erotismo y justamente –a nivel de fantasía- son un campo infinito.
Sin embargo, existen algunas que no son nada agradables. Hay quien reporta tener una fantasía sexual muy recurrente pero desagradable; llega a la mente, integra elementos sexuales o eróticos pero genera ansiedad, asco, miedo, etc. Esto, porque el mundo de las fantasías y el imaginario erótico es ilimitado y podemos activarlo de manera conciente pero también puede surgir del subconciente. La sexóloga Marta Puga, a quien tuve oportunidad de entrevistar hace algún tiempo comenta que “una fantasía a nivel de terapia es un indicativo, una señal de cómo se está viviendo sexualmente esa persona. Pero cuando ésta es muy recurrente y ya genera incomodidad es importante revisar qué está pasando: ¿es algo que se detonó en una etapa de tu vida?, ¿Cuándo surge la fantasía?, ¿qué es lo que provoca?”. Una vez que se evoca dicha fantasía hay que revisar qué sensaciones despierta en tu cuerpo o a dónde te remite. De ese modo se busca asociarla con un suceso con el fin de que un especialista te ayude a cambiar el concepto de dicho suceso -el cual como tal no puede modificarse, pero sí cómo se concibe- y bajo otra perspectiva se vive y se integra o descarta.
¿Cómo lo ven? ¿Les ha pasado?
Fuente: http://elsyreyes.com/
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