Y tú, ¿A quién le sufres?

Fuente: @ChrisLejarazu

Via: http://www.silviaolmedo.tv/

Tú, tus vecinos raros que nunca saludan a nadie, la señora mal encarada de las tortillas y hasta el poli que te infraccionó la semana pasada, todos juntos conformamos la especie más avanzada sobre el planeta: Somos capaces de llevar al hombre a la luna, erradicar para siempre enfermedades que han puesto en peligro nuestra existencia y crear dispositivos móviles con más características que ni siquiera Los Supersónicos hubieran imaginado. Y aún así, después de milenios de evolución de la mente humana, ¡nos ENCANTA sufrirpor pura mamada situación compleja digna de analizarse!

En cada aspecto y nivel de nuestra vida cotidiana, estamos sufriendo (o así nos gusta pensarlo): 

• “¡No tengo NADA que ponerme!” - No es necesario entrar en detalles. 

• He aquí uno de mis favoritos: “¡No salen los mensajes del Whatsapp, odio mi celular, no sirve para nada!” – Queridos usuarios de teléfonos celulares, ¿Sí ubicas que estás emitiendo ondas electromagnéticas que VIAJAN AL ESPACIO y luego son enviadas de vuelta a la tierra y recibidas por otro dispositivo igual de complejo que el tuyo? 

• Hagamos un mix de otros pequeños aspectos por los que nos quejamos: Tucabello-elmetrovahastalamadre-hacefrío-hacecalor-nohaydondeestacionarse-yasubiste2kilos-nohaynadaenlatele-volvióaperderlaselección-esmitaddequincenayyanotienesniunpeso-etc, etc etc.

¿Y el amor? ¡Ufff!

Los dichos y clichés no surgen por casualidad. “Ignoramos a quien nos ama, y amamos a quien nos ignora”. ¡¿NETA?! Tienes la capacidad de descubrir la electricidad y descifrar el significado de las escrituras en las pirámides de Egipto, y te sigues azotando porque el patán de tu círculo social le hizo caso a tu amiga y no a ti. ¿WHAAAAAAAT? 

Lo peor del asunto es que solemos prestarle toda nuestra atención y energía CREATIVAimaginando mil veces una vida juntos precisamente con quien no nos tiene en sus planes de vida. 

Y se preguntarán, ¿cómo hacer para dejar de sufrir? 

No tengo una varita mágica que se agite y todos nuestros males automáticamente desaparezcan, pero me gustaría compartir la visión del escritor italiano Prem Dayal, quien, irónicamente, se ha dado cuenta que los mexicanos tenemos la llave de la felicidad al alcance de nuestras manos: 

“…en la oficina, en la calle, en el carro, o donde sea, abre la profundidad de tu ser con la respiración, y como si la voz llegara directamente del centro de la tierra, reza con delirio místico: ¡Me Vale Madres! ¡Me Vale Madres! ¡Me Vale Madres!...”

¡Les prometo que el alivio es inmediato! En serio, por favor, ¡paren de sufrir!

Tomemos como ejemplo el amigo de los tamales de la esquina que tiene un letrero escrito a mano que dice: “Aquí, puros tamales ching$#es”, y aunque la verdad son bastante malitos, hay que admirar su convicción y enorme autoestima. 

Señoras y señores, no esperen a que una serie de eventos imaginarios y fantásticos sucedan para empezar a ser felices, ¡háganlo ahora!