Canal

lunes, 27 de junio de 2011

¿Por qué no podemos besar a quién se nos da la gana?

Es curioso, pero hay mucha gente heterosexual que todavía no se ha dado cuenta de que amar en estos tiempos de estómagos revueltos es complicado, pero lo es mucho más si eres homosexual. Y no es por nada, es que si te encanta ir por la calle con alguien que te gusta y le quieres soltar un impúdico beso en los labios te puede caer la de Dios es Cristo porque sí, por la cara. Tiene lugar el tan temido efecto muñeca hinchable: esto es, en el momento en el que te decides a tomar de la mano a tu novio o a darle un besito de nada, la gente que hay alrededor se pone rígida, abre mucho los ojos y la boca y te mira como si hubiera visto a la virgen de Fátima en una mancha de yogurt.

Pero que te miren no es lo peor que te puede pasar, porque lo más común es que ese simple gesto genere comentarios en los espectadores e incluso que algún graciosete venga a hacerte un comentario, a reírse de ti o se ponga chulo y te quiera meter un guantazo mientras te acusa de maricón exhibicionista. En el caso de las lesbianas está muy claro, el tipo se acercará a ellas con la sonrisa doblada y recolocándose el paquete, y les propondrá ser el macho alfa y montárselo con las dos. Al pobre macho alfa éste las neuronas no le han dado para pensar que si dos chicas son lesbianas es porque les gustan las mujeres y que él no es ni tan estupendo, ni tan magnífico, ni tan maravilloso como para que de repente estas dos mujeres necesiten el pedazo de carne trémula que guarda él entre las piernas y la acepten redentoras a modo de salvación de su lesbianitis.

En definitiva, siendo homosexual es muy fácil convertirse en el centro convergente de las miradas de desaprobación, de las burlas, de los chistes y de la violencia de los que estén alrededor en ese momento. Muchos sostienen que esto se debe “a que no están acostumbrados” y que ver a dos personas del mismo sexo en actitud cariñosa les impacta. No les falta razón, pues me río yo de la escasa presencia que las actitudes homosexuales tienen fuera del ámbito específicamente homosexual. Por ejemplo, hay escenas de cama homosexuales en películas y series, pero sobre todo las hay en películas y series de temática homosexual. En cierto modo, es verdad que el hetero no se expone a estas imágenes que “le acostumbrarían” porque no consume productos culturales de índole homosexual. ¿Pero esto le da derecho a señalarte con el dedo, faltándote con ello al respeto, como si formaras parte del muestrario de un circo?

Por otro lado, esta actitud de escandalizarse ante lo homosexual es socialmente compartida y aprobada: es decir, si le das un beso a tu pareja y suscitas estas reacciones, siempre habrá alguien que diga, directa o indirectamente: “La culpa es tuya, que vas por ahí provocando”.
A los homosexuales se nos ha enseñado a comedirnos en público, a sentir vergüenza por lo que somos y por lo que hacemos, a ocultarnos cuando alguien nos lo pide, a darles la razón a los que creen que escandalizamos y que somos un espectáculo entre bochornoso y repulsivo. Pero, por si se nos había olvidado, NO tenemos nada de lo que avergonzarnos por mucho que nos traten de hacer comulgar con ruedas de molino. El problema es que nos dejamos convencer, lo aceptamos, les damos la razón y en lugar de rebelarnos asentimos con la cabeza y dejamos que nos abracen con ese discurso paternalista que nos invita a comedirnos en público para cuidar nuestra integridad, ser niños buenos asexuados y no incomodar. Algunas veces por supervivencia, pero otras muchas porque es lo más cómodo y sencillo, no nos engañemos.

Es por eso que me seguiré indignando porque no puedo besar a quien me dé la gana cuando me salga de las narices sin que aparezca el gilipollas de turno riéndose, burlándose, escandalizándose, ofendiéndose o sintiéndose provocado; el gilipollas de turno que ni vive ni deja vivir. El gilipollas de turno que, a veces, es incluso el mismo tipo al que quiero besar.

Articulo de Carlos Garcia.

8 comentarios:

  1. Yo soy gay, vivo en Madrid pero no en Chueca, y nunca he tenido problemas para besarme con nadie en la calle, en mi barrio o donde sea, nunca me han mirado mal por hacerlo y mucho menos me han insultado o intimidado. Sinceramente, creo qe es algo que está (por suerte) ampliamente superado y tiene la misma probabilidad de ocurrir que que un tío pegue o insulte a un negro, solo por ser negro...
    Pero bueno, entiendo que eso aún puede pasar.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Afortunadamente tu vives en un lugar en donde no pasa nada, aca en México aun en la mayoria de las ciudades pasa eso, ojala algún día podeamos decir lo mismo que tu, saludos...

    ResponderEliminar
  3. En ese caso, mis más sinceras disculpas. Realmente no pensé en ese momento lo que pasaba o no pasaba fuera de España. Error mío.
    Si aún en México pasan estas cosas os animo a luchar contra ello. Todo mi apoyo desde aquí. Un saludo

    ResponderEliminar
  4. yo soy de mexico y la verdad la ciudad donde vivo es un poco machista pero me eh besado con alguien en publico y solo me ven raro, antes lo hacia seguido, pero ahora no lo hago por respeto a los niños y uno que otro puberto que no sabe que pex y los padres no saben como explicar una siuacion asi, si puede uno besarse en publico pero hay que saber donde y en que momento, hay que tener respeto. Para que te acepten y respeten hay que hacer lo mismo.

    ResponderEliminar
  5. Al anonimo #1, en España la cosa, aunque mejor que en México, está muy lejos de estar superada. Este verano, en Madrid, Ciudad Real y Bilbao ha habido agresiones homofobas causadas por un beso.

    ResponderEliminar
  6. Con mi novio nos besamos y vamos muy tranquilos de la mano por la calle en Buenos Aires, la mayoría de las veces pasa desapercibido, algunas veces miradas de curiosidad (pero no por eso negativas); una vez nos tiraron una frase insultante, pero no nos importó.

    ResponderEliminar
  7. Si yo hago eso aquí en El Salvador, salen los "hombres de negro" a asesinarme.

    ...Y es que tenía que ser El Salvador...xD

    ResponderEliminar
  8. yo soy un chico gay de 31 años y me dao besos en la boca con mis machos en publico y delante de la gente fernandoruizjaramillo@gmail.com

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...