Canal

domingo, 28 de septiembre de 2014

¿Comó le digo que tengo VIH?



Si haces una “encuesta de bar” y preguntas a tus amigos qué ideas se les vienen a la cabeza cuando oyen la palabra “seropositivo1” te puedes sorprender largamente de lo que te dirán. El estigma es una de las cosas en las que menos hemos avanzado en lo referente al VIH. Médicamente la situación es, sin duda, mucho más benevolente que hace apenas unos años y lo es tanto en lo referente al tratamiento como a la prevención. Sin embargo, en lo relativo a la concepción social del VIH y sobre las personas que conviven con él, aún nos queda mucho trabajo.
Estigma es la connotación negativa que se otorga, injustificadamente, a un grupo de personas y es una connotación que tiene que ver, sobre todo, con sus características personales y sus comportamientos. Así, se estigmatiza a los hombres gais que conviven con el VIH cuando se piensa que son promiscuos, descuidados o peligrosos. En mis talleres de fin de semana para hombres recién diagnosticados, una de las actividades que desarrollamos es la del árbol semántico del VIH. Estudiamos cuántas ideas y preconcepciones tenemos asociadas, en nuestras memorias, a la palabra “seropositivo” y podemos, con ello, entender porqué a muchos hombres les cuesta tanto salir del armario del VIH: “me aterra que, sin molestarse en conocerme, alguien pueda etiquetarme así sólo por culpa del estigma” afirman muchos.
El estigma es la razón por la que no resulta nada fácil salir del armario y decirle a un candidato a novio que tienes VIH. De hecho requiere práctica y control emocional. Y hasta un cierto “protocolo” (o “conjunto ordenado de pasos”) para lograr hacerlo óptimamente. En esa línea, con mis pacientes trabajamos un modelo de tres momentos que nos da muy buenos resultados y que hoy quiero compartir con todos vosotros.
Hazlo bien: cribado, momento oportuno y comunicación eficiente
No se trata de que estés obligado a confesar que tienes VIH. En primer lugar, el artículo 7 de la LOPD2, considera que aquellos datos sobre la salud de un ciudadano español son “datos especialmente protegidos” y que, con la ley en la mano, no tienes por qué decirle a nadie que eres VIH+ si no lo deseas (“los datos de carácter personal que hagan referencia al origen racial, a la salud y a la vida sexual sólo podrán ser recabados, tratados y cedidos cuando, por razones de interés general, así lo disponga una Ley o el afectado consienta expresamente”). Repito: si no quieres decirlo, la ley ampara tu silencio siempre que, con ese silencio, no estés poniendo en riesgo de manera intencional y deliberada la salud de otra persona. En ese caso estarías cometiendo un delito con dolo y este artículo no está escrito para ti. Tampoco está escrito para quienes tienen claro que están indetectables, que no hay riesgo del que hablar y que no quieren comentar su estatus serológico con absolutamente nadie. Como te decía anteriormente, es tu derecho y yo no tengo nada que decir. Este artículo está escrito para aquellos que no quieren ocultarse pero que no tienen las herramientas necesarias para poder hablar de su estatus serológico libres de miedo.
Retomando el hilo, y en segundo lugar, te recuerdo que no estás confesando nada. Se confiesan los pecados y los crímenes y tener VIH no es ni lo uno ni lo otro. Lo que harás será compartir con él el dato de que eres VIH+ y lo haces porque es tu voluntad hacerlo. En consulta, siempre formulo una pregunta muy concreta: “¿cómo te sentirías tú si llevaras seis meses con un hombre del que estás enamorado y que muestra amor hacia ti… y al que no les has dicho que eres VIH+?”. La mayoría de pacientes me contestan: “fatal, un mentiroso, me moriría, no podría” así que yo les contesto: “pues partiendo de la base de que TÚ no podrías mantener tu VIH en secreto con el hombre al que amas, lo mejor es tener muy claro que acabarás hablándolo con él y, por tanto, mejor nos preparamos desde el principio para que todo sea un éxito”. Con ese propósito es con el que preparamos este “protocolo”: para que TÚ tengas éxito haciendo algo que TÚ desearás hacer en el momento que aparezca en tu vida un hombre que te interese “especialmente”.
Primer momento: cribado
No creas que si otro no te acepta se debe exclusivamente a que seas VIH+. Es un error atribuir el rechazo de los demás a una característica tuya. Sí, es cierto que no se le puede gustar a todo el mundo pero también puede darse que alguien te rechace por que no sean capaces de superar sus propios fantasmas. Por ejemplo: hay hombres con problemas muy serios de nosofobia. La nosofobia es el temor irracional a infectarse de alguna enfermedad y, dentro del mundo gay, es frecuente encontrarte con hombres que la sufren a consecuencia del estrés postraumático. Estos hombres se trastornan mental y emocionalmente sólo con oír hablar de alguna ITS (infección de transmisión sexual) incluso sufriendo ataques de pánico al oír hablar del VIH en concreto. O también puede que tropieces con alguien lleno de homofobia interiorizada y prejuicios. Así que, a la hora de compartir con otro que eres VIH+, corres el riesgo de tropezarte con algún serofóbico3 presa de su nosofobia o de su propia homofobia interiorizada. Y aquí es donde yo quería que llegásemos para preguntarte: ¿verdad que no existe ninguna razón por la que debas soportar la fobia irracional de nadie ni sus prejuicios? ¿No será mejor que hagas una criba desde la primera cita? Ea, pues para ello:
1. 1.Saca el tema del VIH en vuestro “primer café”: comenta alguna campaña de prevención o inventa algo como que un conocido tuyo te ha llamado esta mañana para decirte que lo han diagnosticado o que tuviste un novio VIH+ (hazlo cuando habléis de los novios que habéis tenido). Intenta que sea un comentario casual, como el que no quiere la cosa, sin darle más énfasis.
2. Observa su reacción, encontrarás tres tipos:
a. Serofriendly: Es una reacción amigable, normal, empática. Tiene información o conoce a otros chicos con VIH. Quizá incluso ya haya tenido novios VIH+ (y te diga “¡ah, yo también!”) o quizá él mismo lo sea aunque tampoco te lo diga en ese momento. O quizá colabore con alguna ONG de prevención y esté sensibilizado. O, simplemente, sea un hombre con la cabeza bien amueblada (que los hay, no creas… y bastantes). En este caso vamos bien: este chico ha aprobado, puedes tener una nueva cita con él sin miedo a que no te entienda.
b. Seroignorante: Te contesta algo como “uf, yo no sé si hubiese podido, a veces me pregunto qué haría en una situación así: ¿tú no tuviste miedo?”. No creas que es una mala respuesta, simplemente él está expresando algo natural: que no sabemos cómo reaccionaríamos ante una realidad que ignoramos y que, en principio, a todos nos asusta lo desconocido.
En realidad es una buena reacción porque te permite hacer un poco de mentoría. Contéstale algo así como “claro, es natural asustarse y yo me asusté como todos… pero Alex (invéntate un nombre) me gustaba mucho… así que me informé, fui a una ONG (de esas que hacen la prueba) a preguntar y todo fue muy bien. Ya se empezaba a saber que estando él indetectable yo no podía infectarme y me tranquilicé mucho. De hecho todo fue perfecto en ese sentido, ¡el problema fueron nuestros caracteres! (risas) pero, gracias a él,  empecé a ver el VH con ojos más racionales”. Si asiente a tu explicación, te da la razón y se interesa sinceramente por aprender… te lo ha puesto a huevo para que le invites a un cine… ¡y a una cena!
c. Serofóbico: ¿reacciona espantándose o con una ansiedad desmedida? Ops, vamos mal, este chico no puede compartir su vida contigo. Tiene que resolver sus problemas con el VIH antes de estar preparado para entrar en la vida de alguien como tú. ¿Se muestra agresivo o insultante? ¿Intenta culpabilizar al VIH+? Huye, este tío es un sociópata: ¿quién con un poco de sensibilidad insulta a los amigos/exnovios de alguien con quien está teniendo su primera cita? Si es capaz de eso el día de vuestro primer café, mejor no quieras saber de qué sería capaz cuando te tenga confianza: ¡sal corriendo ya! (¡pero ya!).
Segundo momento: momento oportuno
Deja pasar varios días/semanas antes de decirle que eres VIH+. Ya sabes que tener VIH es un “dato especialmente protegido” y eso significa, además de lo dicho anteriormente, que sólo aquellos a los que tú consideres íntimos merecerían conocer esa información sobre ti. Por ello, mientras él no sea nada más que un polvo o alguien a quien estás empezando a conocer ¿por qué habrías de explicarle algo tan íntimo? (y, si se molesta porque tardaste en decírselo, recuérdale que él, aún, no era nada tuyo).
Para tu tranquilidad presente y futura, tened sexo que te haga sentir cómodo y, para ello,infórmate de qué sí y qué no, es una práctica de riesgo pero no te sientas obligado a decir que eres VIH+ hasta que estés preparado para hacerlo y él te merezca confianza. Mientras tengáis sexo protegido no tienes por qué adelantar el momento de hablarlo. Si él te pregunta si podríais dejar de usar el preservativo, valora el momento en que os encontráis. Si te lo dice en mitad de un folleteo, pospón el tema con una frase al estilo de “hum, cielo, me encantaría pero antes de eso tenemos que ir a hacernos las pruebas y todo lo demás… lo hablamos mañana tranquilamente y hoy lo hacemos con condón como siempre”. Eso sí, ve preparando la comunicación del dato en un entorno adecuado porque esto es una señal de que ya va tocando hablarlo.
Si te lo dice en un momento en el que estáis tranquilos (= vestidos), entonces valora el tiempo que lleváis juntos:
• Si lleváis apenas un par de semanas viéndoos y no crees que sea el momento adecuado, dilo abiertamente: “creo que todavía es un poco pronto para hablar de eso. Es pronto aún incluso para saber si queremos ser novios”. Pospón el momento hasta que, de verdad, sea pertinente.
• Si lleváis ya un tiempo prudencial y la cosa marcha, chato: ya es el momento de avanzar al siguiente nivel… y siempre es mejor que tomes tú la iniciativa.
• Excepcionalmente te puedes encontrar con que él te diga que es “apelero” (siempre folla a pelo). Entonces sé asertivo y dile claramente: “si te gusta a pelo sólo pueden existir tres opciones: (a) que seas VIH+, (b) que seas seronegativo pero que estés informado de que con un VIH+ indetectable no puedes infectarte (y querrás saber cómo estoy yo)… o (c) que seas seronegativo pero kamikaze que folla a pelo a ciegas”.
Las tres opciones te benefician. La última porque, como seguramente no querrás un kamikaze en tu vida, él estará automática e indoloramente descartado. Si no es un kamikaze, resulta que cualquiera de las otras dos opciones te abren el camino (y te extienden una alfombra roja salpicada de pétalos de flores mientras suena una fanfarria de cornetas) para que le digas que eres VIH+. Suelen ser las opciones propias de hombres que  también tienen VIH (la mayoría de las veces) u hombres serofriendly bien informados que buscan sexo sin preservativo con hombres VIH+ indetectables (te aseguro que existe este perfil de hombres).
En cualquier caso: adelante, ¡háblalo que lo tienes a huevo! Más de un paciente (y amigo) me ha dicho “…me sacó el tema él mismo. Me dijo que si yo tenía VIH a él no le importaba y que no fuese tonto de seguir ocultándoselo… que él estaba informado y que, cuando ha estado con parejas indetectables, no han usado preservativo y él sigue siendo negativo”.
Tercer momento: comunicación eficiente
Entiende que es necesario practicar para tener maestría en cualquier cosa: conducir, cocinar, nadar… sin práctica no hay pericia. Así que, si te cuesta hacerlo al principio, no te sientas mal contigo mismo. Yo siempre aconsejo practicar con amigos hasta ganar soltura. Algún paciente mío se ha buscado amantes de otras localidades sólo para poder ensayar el decirlo. Otros ensayaban ante el espejo o se grababan en vídeo para verse después y analizar cómo lo hacían. También ensayamos en la consulta. Usa la estrategia que quieras pero practica antes. Bueno… y en tu primera salida del armario, permítete un poco de drama queen, que tampoco vamos a ser ahora máquinas perfectamente asertivas e inconmovibles. Sé tú mismo y no añadas ansiedad a ese momento por “hacerlo bien”. Estos consejos son sólo consejos, no un manual de instrucciones. Lo importante, repito, es que hagas de este momento un momento de compartir algo, jamás lo vivas como una confesión. ¿Bien? Ok, ahora veamos cómo decirlo.
1. Enúncialo asertivamente:
• Si te cuesta y te atascas, hay una fórmula exprés para decirlo: “aún no sé hacer esto de forma fácil, así que lo haré de forma rápida: tengo VIH”. Lo dirás en apenas dos segundos y, además, le estarás diciendo que aún estás procesando todo lo que te sucede, que todavía no lo has dicho muchas veces, que aún te resulta difícil hablar de ello, que esta situación es nueva para ti… ¡y que sea empático contigo!
•La otra forma de hacerlo, ésta con más práctica, sería la fórmula asertiva: “mira, hay algo que yo me siento más cómodo cuando lo cuento y creo que tú eres un candidato idóneo para que yo lo comparta contigo: tengo VIH”. Con esta fórmula le decimos:
i. No estás confesando nada ni te sientes obligado a hacerlo, lo haces porque te sientes más cómodo cuando lo hablas.
ii. A la vez le dejas claro que no te gustan los secretos ni crees que ser VIH+ sea algo que deba ocultarse porque no crees que sea algo vergonzoso… (¡por eso te sientes más cómodo cuando lo compartes!).
iii. Pero no lo compartes con cualquiera sino solamente con aquellos que lo merecen porque te han demostrado su sensatez, estar informados y no tener prejuicios. Así le dejas entrever que lo has evaluado (en el mejor sentido del verbo), que eres tú el que tiene el control de la situación… y que a él lo encuentras candidato idóneo para que compartir esa información (y, así, lo halagas).
2. No lo agobies con tu prisa por una respuesta suya: déjale unos segundos para que piense sobre lo que les has dicho. Por estadística es imposible que tú seas el primer hombre VIH+ que conoce pero quizá seas el primero que se lo dices abiertamente (recuérdaselo: “no soy tu primer VIH+, sino el primero que te lo comunica”). Coméntale que esto es algo muy personal y que cuidas mucho a quién se lo dices porque no todo el mundo está preparado para oírlo. Dile que sólo se tardan dos segundos en saber si un hombre te atrae… pero que son necesarias unas cuantas semanas para saber si ese mismo hombre es inteligente o si está bien informado y que, por eso, has tardado ese tiempo en hablarlo con él. Pero entiende que puede quedarse un poco impactado (“un poco” es normal).
3. Entiende que, si él es seronegativo (y primerizo), quiera hacer preguntas: “¿cómo estás?, ¿cómo lo llevas?, ¿te medicas?, ¿cómo están tus defensas?, ¿cómo está tu carga viral?, ¿cómo tiene que ser nuestro sexo?, ¿debo preocuparme?...”. Ofrécele respuestas calmadamente. Si tú te pones nervioso ¿cómo pretendes que él esté tranquilo? Ponte en su lugar y recuerda que tú también tuviste muchas preguntas y dudas en su día. Aconséjale documentarse y ofrécele fuentes fiables de información. Este tema no tiene por qué cerrase en diez minutos… a no ser que él te diga: “guapo, tranquilo: estoy bien informado y no hace falta hablar mucho más”.
4. Observa su reacción: si tiene una reacción emocional desmedida recuerda: el problema no eres tú, el problema es lo que él trae en su cabeza. Muchos hombres se sienten fatal cuando oyen una revelación del seroestatus porque les confronta con que el VIH existe. Los casos de peor reacción suelen ser de hombres que:
i. Ponen la responsabilidad de su propia salud sexual sobre los demás. Si yo, en lugar de esperar que los demás se encarguen de avisarme de si debo hacerlo, tomo siempre (siempre, siempre) medidas de protección, no tengo de qué preocuparme y reacciono bien. Si él reacciona mal es porque siente que algo no está bien en su trayectoria previa. Muchos no ha sido sistemático en el uso del preservativo a lo largo de su vida sexual por lo que, de golpe y porrazo, se ve enfrentado con un VIH  en el que no han querido pensar.
ii. Es nosofóbico. Siente un miedo desmedido e irracional a infectarse. Su ansiedad le convierte en fobia aquello que no debería pasar de precaución, Exagerará los supuestos riesgos y sesgará toda la información que le des. Además, te culpará de poner su salud en riesgo y te llamará egoísta “por no haberme avisado”. Cariño, no es tu VIH: es su nosofobia, cierra la conversación y recomiéndale un buen psicólogo.
iii. Tiene prejuicios pero no ha sido hasta ahora que se atreve a dejar de ser políticamente correcto. No nos ha salido bien el cribado. Bueno, tranquilo: aprendemos de nuestros errores y de las cosas que no nos salieron por completo perfectas. La próxima vez te saldrá mejor.
5. Te prohíbo que pronuncies la soberana gilipollez de “yo asumiré tu decisión”. Si él reacciona mal simplemente porque tú eres VIH+, su reacción es una reacción de ignorante o de persona con problemas (nosofobia, homofobia interiorizada). Puedes ser empático con sus dificultades pero eso no significa que las aceptes, significa que puedes señalarlas y pedirle que las supere por su propio bien. Sustituye la frase anterior por una como “podría empatizar con alguna dificultad tuya y te animaré a superarla pero no pienses que voy a tolerar prejuicios” y añade algo así como: “mira... esto te lo voy a decir muy clarito y quiero que sepas que te lo digo por tu bien... seguro que en algún momento del futuro te vas a encontrar con otro hombre seropositivo en tu vida. Y quizá te enamores hasta las trancas. Y, como no me has querido creer cuando te lo he explicado, seguirás teniendo miedo. Y no podrás ser feliz a su lado por culpa de tu ignorancia y de tu desconfianza. Da igual que yo mañana no esté. El VIH sí seguirá estando a tu alrededor aunque tú no quieras verlo. En novios, en amantes, en amigos. Volverá a aparecer en tu vida y mejor para ti que estés bien informado”. Sé asertivo… porque puedes (y debes).
Las cosas como son…
La verdad es que mi experiencia en consulta con este procedimiento es de un porcentaje de éxito muy elevado, de en torno al 90% si se hace bien. Pero recuerda que lo más importante no es sólo que la comunicación salga bien: lo más importante comienza a partir de aquí. Si él también es VIH+ las cosas serán más sencillas pero si tu novio es seronegativo, se abre un nuevo trayecto: el de la pareja serodiscordante. Como antes te comentaba, ahora tu novio querrá informarse, saber, tendrá dudas, querrá conocer a otras parejas serodiscordantes. Eso es magnífico. Invítale a que te acompañe a ver a tu doctor/a, id juntos a una asociación para que os asesoren o leed juntos material sobre el tema. No escondas nada, habla y vive tu VIH con naturalidad y, con esa misma naturalidad, lo entenderá y vivirá tu novio (no esperes que él viva con normalidad algo que tú no haces). Se necesita calma, paciencia, actitud constructiva y ganas de comunicarse y explicarse las cosas pero, sobre todo, compromiso con un proyecto conjunto. El compromiso que os motivará a buscar la solución antes que obsesionaros con el problema. Recordad que me tenéis a vuestra disposición ¡y sed muy felices!

Gabriel J. Martín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...