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viernes, 13 de septiembre de 2013

Aprende a controlar tus Eyaculaciones

La eyaculación pareciera el único fin del acto sexual. Para muchos hombres tener un round sin ese exitoso ‘final’ nulifica el encuentro. No se diga cuando este ‘se adelanta’ y tú ya llegaste al Nirvana cuando ella apenas estaba calentando sus motores. Su cara lo dice todo ‘Um, ¿ya acabaste?’. Casi la mitad de los hombres sobre la tierra tienen problemas para controlar su impulso eyaculatorio. ¿Y si te vuelve a pasar? Acá las respuestas.
Tiempo y control. Mapa de un eyaculador
Eyacular representa una serie de tareas para tu cuerpo. Tu pene no es un ente autónomo que se porta según su ánimo. Porque de hecho orgasmar y eyacular son dos procesos fisiológicos distintos. Aunque te has acostumbrado a vivirlos simultáneos. Por lo mismo, cuando tu eyaculación llega tórrida y con prisa, apenas puedes percibir la sensación del clímax. No se diga de los juegos, las caricias y de ciertas prácticas como el sexo oral, que sabes que podrían apurar más tu momento de expulsión.

Casi todos se preguntan cuántos minutos deberían estar en el ‘entra-sale’ para no considerarse eyaculadores precoces. Nadie quiere tener ese mote. Pero no todo es tiempo.
Vamos por partes
Más allá de los dos o tres minutos que antaño algunos autores marcaban como el límite a rebasar para no entrar en el grupo de la EP, las más recientes investigaciones como las del Dr. John Dean, médico sexólogo y presidente de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual, indican que la combinación de tiempo y control representan el verdadero diagnóstico.

Es decir, tú puedes durar seis, ocho o más minutos pero si cada segundo lo vives con angustia, tienes que acudir a todo tipo de pensamientos que te enfríen, luchas, al grado de no poder disfrutar de la contienda ya que sientes que ahí viene y no quieres, también estamos hablando de eyaculación precoz. Por el contrario, si un hombre eyacula en pocos minutos pero el proceso es gozoso, no tiene que lidiar porque se siente en control aunque la duración sea de pocos minutos y además -si tanto para él como para su pareja- dicho tiempo es suficiente y eficiente en términos físicos y emocionales, no puede considerarse una disfunción sexual.
¿Por qué da EP?
Mucho se ha discutido y se sigue investigando pero hay dos razones de mayor aceptación médica. La primera y más común se debe a una herencia de tus viejos (o aún presentes) hábitos masturbatorios. No te pido que quites la mano de ahí, autoerotizarse es necesario e importantísimo. Pero justo en ambos términos está la diferencia.

Ya te vi de adolescente (como todos), descubriendo la extraordinaria sensación de estimular tus genitales. Pero claro, la sociedad te enseñó que era algo pecaminoso o sucio y había que hacerlo con prisa, con una sensación de culpa y con un dejo posterior de ‘aquí no pasó nada’. Seguro no tenías muchos espacios privados en casa, así que eso instaba a que fuera un acto express. Tu técnica se basó en tirar y tirar del pene a toda velocidad y eyacular del mismo modo, “rapidito porque ahí viene mi mamá”. Te acostumbraste a hacerlo en un dos por tres sin siquiera reconocer las sensaciones, esto actuó en tu detrimento: tu cerebro no identifica si estás solo o con una mujer y se entrenó para tener una respuesta de eyaculatoria pronta. Es un reflejo y tú lo condicionaste así.
Deja de masturbarte y comienza a autoerotizarte. Comienza por acariciar tu pene, una vez erecto, desde la base del tronco, sube poco a poco acariciando, de verdad, pasando los dedos suavemente y aumentando la presión pero no jales de él. Deja hasta el final el glande, una vez que notes lo mucho que puedes sentir en el tronco, pasa igualmente los dedos como una caricia alrededor de la corona del glande, sube hasta que dar ligeras presiones. Ahora sí pasa la mano completa, sin presionar ni tirar por todo el cuerpo del pene, sube la intensidad. Ejerce más presión y tira suavemente. Para entonces, tu pene está tan sensibilizado que no necesitarán darle de tirones. Usa un lubricante con base de agua.
Plan de control 
Masturbarse consiste en manipular los genitales en tanto la autoerotización consiste en estimularse, en distintas zonas en todo el cuerpo; en darse el tiempo. Cuando lo hagas, educa tu impulso eyaculatorio. Es decir, cuando sientas que estás cerca, detente, respira, enfócate en otros estímulos, sostén los músculos pélvicos (aprieta tus nalgas y eleva la cadera) y continúa. Hazlo un par de veces hasta que te permitas llegar al orgasmo-eyaculación. Tú mismo irás sintiendo cómo cada vez tienes un record mayor.
Asimismo, al orinar, de vez en cuando, deja salir un poco de orina, aprieta para detener la salida de la misma, sostén un par de segundos y continúa, repite. Hazlo un par de veces al menos cada tercer día. Poco a poco irás controlando más y lo notarás.

Aplícate
Si tienes una pareja estable, sus encuentros pueden ser la mejor escuela para re educar a tu cerebro. El plan requiere de mucha colaboración y compromiso pero los resultados hablarán por sí mismos. Consta de cuatro semanas.

1ª Semana. Al menos durante cuatro días, deben tener un encuentro puramente erótico. Deberán tocarse, estimularse, besarse en todo el cuerpo salvo los genitales. Eso le quitará carga al falocentrismo en el que viven. Sean creativos.
2ª semana. Lo mismo pero integran estimulación genital. Durante los primero tres días no debes terminar. Cuando te sientas cerca de eyacular o ella lo detecte vayan hacia otros puntos erógenos. A partir del cuarto día ya puedes comenzar a eyacular. Se hace lo mismo pero esta vez sí llegas, procurando alargarlo el mayor tiempo posible.
3ª semana. Se hace todo lo anterior pero esta vez tengan relaciones coitales. Ella debe colocarse encima de ti y penetrarse. Después de un lapso pequeño, retirar tu pene, esperar, permitirte respirar y recomenzar. Es muy probable que tengas deseos de eyacular en la segunda penetración, no te angusties si sucede, puede ser un reflejo. Conforme pasen los días procuren que no suceda y tras tres días lleguen al menos a cinco penetraciones interrumpidas.
4ª semana. Consiste en tratar de lograr una relación sexual sin interrumpir hasta que haya eyaculación lo más duradera posible integrando la estimulación integral.
Desde tus cables
La segunda causa no depende tanto de ti. Te explico. Dentro de tu cerebro hay una estructura llamada núcleo paragigantocelular, que es el regulador de la eyaculación o activador de control. Este núcleo depende de serotonina, un neurotransmisor, o sea una sustancia que permite que las neuronas se comuniquen y se envíen la orden de ‘controla, aguanta tantito’ o ‘¡Ya! Manda la señal para que eyacule’. La serotonina es la sustancia responsable. Justo dentro del núcleo paragigantocelular hay receptores y hay tres fundamentales en la eyaculación precoz: el 5HT1A, 5HT1B, 5HT2C.

Entre las neuronas se envían serotonina y estos receptores van a frenar la liberación de esta sustancia para permitir control. Cuando el 5HT1B se activa, frena la liberación de serotonina y el 5HT2C cuando recibe la cantidad adecuada de serotonina va a mandar la señal de control.
Si los receptores no funcionan correctamente las neuronas no podrán comunicarse para que se envíe control a nivel espinal, o sea hacia los genitales. Eso pasa en los eyaculadores precoces, no hay una comunicación adecuada mediada por los receptores. La recaptación de la serotonina no es óptima. Entonces eyacular se convierte en un reflejo imposible de controlar, como un estornudo. Según el Dr. Marcel Waldinger, esto es genético.

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