Tiene meses que salen juntos, ya conoces todas sus manías, sus gustos, sus miedos, sus sueños, su película favorita, la canción que no soporta escuchar, la frase cliché que te dice cuando hay una pelea, el platillo que siempre pide en su restaurante favorito, la playera ya gastada pero que se niega a tirar porque es especial, el sonido de sus pasos cuando entra a la habitación, el olor de su cabello, la risa contagiosa que te alegra, la manera de estornudar escandalosa, el sonido de su respiración cuando duerme a tu lado, la mirada enigmática… Y aun así no es capaz de escribirte todos los días, de abrazarte cada vez que te ve o decirte que te ama a cada instante.
¿Te ama? Esa frialdad, esa manera de ser un tanto distante y la falta de palabras cariñosas te hacían pensar que probablemente no lo hacía. Con el tiempo te diste cuenta que te quería mucho más que tu pareja anterior y que aunque no te lo demostraba todo el tiempo, tenía su propia manera de hacerlo. Una forma incomprendida por muchos, pero honesta y real. Llegó el punto en el que te diste cuenta que no valía la pena frustrarse porque así era su forma de ser y viste cómo poco a poco lograbas penetrar ese corazón duro, esa boca muda, esas manos frías y esa mirada distante. Aprendiste a amar a alguien que no mostraba afecto como tú lo esperabas, pero que también te ama.
Aquí te presentamos algunos datos que sólo comprenderán quienes hayan amado a alguien que no muestra afecto.
Quieres golpearlo/a para que sea más expresivo/a
Te frustra que pueda pasar un día entero y no te hable o mande un mensaje, te molesta que no te abrace y te diga palabras de amor en todo momento. Esta molestia se convierte en frustración cuando intentas decirle cómo debería comportarse y ves que no lo hace, y más que frustrante es molesto tener que decirle cómo debería mostrar afecto, algo obvio para ti. La frustración se convierte en enojo y entonces te dan ganas de golpearlo/a para arreglar lo que parecería ser un error.
Tienes muchas dudas sobre la relación
Como ves que no muestra afecto comienzas a dudar de su amor hacia ti y del futuro de la relación. Su manera de ser fría y distante te hace sentir que no le importa la relación entre los dos y que todo le da igual.
Aprendes a diferenciar entre una persona fría y una que no te ama
Con el paso del tiempo te das cuenta que simplemente su forma de ser es diferente y que no tiene nada que ver con que no te quiera. De hecho empiezas a notar el esfuerzo que hace, aunque no sea tan evidente; los cambios son ligeros pero significan más porque lo hace por ti.
Aprendes a ser más maduro/a
El punto anterior te lleva a ser una persona más madura, a valorar una pareja que realmente te ama y comprender que su lenguaje emocional es distinto; lo que no quiere decir que no te ame. Simplemente es una persona menos expresiva o más reservada. Una persona que te puede enseñar muchas cosas, entre ellas a tener más seguridad en tu propia persona y a ser más independiente.
Te sientes inseguro/a
En relación con el punto anterior, comienzas a sentirte inseguro/a sobre si deberías estar con esa persona. Dudas si realmente te quiere y si en verdad quiere estar a tu lado. Si no te ha llamado en todo el día piensas que puede estar con alguien más o simplemente crees que no te ama como tú a él/ella porque no se comporta igual que tú y aparentemente no se esfuerza como tú lo haces.
Buscas ponerlo celoso/a
Erróneamente crees que tal vez si te ve con alguien más su forma de ser cambie. Te gusta que otras personas te volteen a ver frente a tu pareja o que algún amigo sea un poco más cariñoso para demostrarle que podrías estar con alguien más si lo quisieras. Esperas que esto despierte en algo en él/ella que lo hará cambiar, valorarte más y demostrarte afecto.
Te das cuenta de lo que es verdaderamente importante
Aunque tal vez nunca entiendas a tu pareja por completo, comienzas a valorar los puntos positivos de tu relación y te das cuenta de lo que en verdad importa. Notas que no tienes argumentos sólidos para terminar la relación y que es más importante estar con alguien que te valore y te acepte, tal como tú deberías hacerlo; pues de no ser así, sería mejor terminar la relación.
Los pequeños detalles son más valiosos
Como se trata de una persona que no demuestra afecto fácilmente, cuando tiene algún detalle es mucho más valioso que si lo hiciera alguien más. Sabes que hace un gran esfuerzo y que por fin, poco a poco, se va rompiendo el hielo que parecía cubrirlo/a. Comienzas a conocer la manera en la que es detallista contigo, pequeñas acciones que antes no veías y de las que ahora te percatas; delicados detalles que te emocionan y que tus amigos probablemente nunca entenderán.
Cuando te dice palabras de amor son más dulces e importantes
Como sabes que no es una persona de grandes palabras, cuando te dice algo lindo tiene más peso sobre ti y es capaz de iluminarte. Sabes que no dice nada a la ligera y que si dice algo es porque realmente lo siente. Te das cuenta del valor de las palabras y de la importancia de un “te amo” cuando sale de su boca.
Aprendes lo que en verdad significa el amor
Finalmente descubres lo que significa el amor, que amar es estar junto a una persona y aceptarla como es. Aprendes a diferenciar lo que parecía amor de lo que en verdad lo es. Te das cuenta de aquellas otras parejas que juraban amarte, pero que en el fondo no lo hacían. De aquellas que te abrazaban pero en realidad eran brazos más fríos, y de las que te decían palabras supuestamente de amor, pero que en realidad estaban vacías. Ahora comprendes que el amor no es para subirte el ego sino para entregarse.